Un giro tomó el proyecto de una isla de museos en Chapultepec —un sueño acariciado por el coordinador de Chapultepec Naturaleza y Cultura, Gabriel Orozco, a la manera de Berlín o del sistema de museos de Washington—. Ese giro no es por la promesa de que el Pabellón Contemporáneo Mexicano será diseñado por Renzo Piano y que sus honorarios los pagarán Agustín Coppel y Probosque, sino por el anuncio de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, del nuevo Parque de Diversiones Aztlán, donde habrá un museo Dolores Olmedo que expondrá las 26 obras de Frida Kahlo, de Diego Rivera y otros artistas que componen la colección del museo que hace tres décadas abrió en La Noria, Xochimilco. Nos recuerdan que en 1993 se creó un fideicomiso para ese recinto cuya colección integró Dolores Olmedo, fideicomiso que recibió recursos de Hacienda, del entonces Conaculta y otras instancias. ¿Se puede cerrar entonces el recinto de La Noria? Eso es algo que aún no responde su director, Carlos Phillips Olmedo. Mientras, en Chapultepec, en el vecindario del que será Aztlán se preguntan por el futuro que tendrán las concesiones y por lo que pasará con el Museo Nacional de Energía y Tecnología, que arrastra una larga historia de proyectos museográficos, anuncios de apertura e intereses que no son del todo claros.

Cultura, con “suficiencia presupuestal” La Gaceta Oficial de la Ciudad de México publicó la reasignación de recursos que de la Secretaría de Cultura pasaron al gobierno de la Ciudad para el proyecto Complejo Cultural Bosque de Chapultepec, por 2 mil 637 millones. Lo inadmisible no sólo es la suma sino lo que está en las primeras líneas y que argumenta tamaña transferencia: Cultura cuenta con “suficiencia presupuestaria para el ejercicio fiscal 2021”. ¿Y los recursos para artistas, teatros, músicos, museos y estados?

El 18 de mayo se conmemorará el Día Internacional de los Museos y, si bien, entusiasma la reapertura de los recintos, la fecha nos lleva a una suma de preguntas sobre qué festejar e, incluso, si hay un motivo para ello. El sector Cultura, en general, ha sido uno de los más afectados por la pandemia de Covid-19, y los museos figuran entre las principales víctimas. Con todo y que el problema no es exclusivo de México, el caso nacional sí es de los más lamentables. Al cierre por el confinamiento se sumó el recorte de gastos por la austeridad y luego de gastos operativos; a éstos se añadieron las reasignaciones para el proyecto de Chapultepec, en el cual todavía no se informa puntualmente acerca de en qué consistirá el promedito plan de trabajos y mantenimiento en esos museos, ni se inicia como tal. Nos recuerdan que en los breves periodos de reapertura, hubo casos donde el presupuesto para exposiciones provino de apoyos privados, de artistas o de festivales que llevaron a los recintos muestras porque las instituciones no tenían recursos para ello. Y finalmente, el caso de los museos del Gobierno de la Ciudad de México no ofrece un mejor panorama. Al contrario. Varios de los grandes museos capitalinos han guardado silencio sobre su situación a la espera de que les cumplan su promesa de recursos. Hace meses que hubo reuniones y las promesas ahí quedaron. Ahora, ante las elecciones y tras el accidente de la Línea 12 del Metro algunos directores de museos lamentan que tendrán que seguir esperando o confían en lo que el público, y no los gobiernos, les vaya a dejar. Que digan si no museos como el de la Caricatura o el José Luis Cuevas, que ha convocado a la venta de 50 obras en el marco del Festival Internacional Da Vinci en vista de que las autoridades desde 2020 y hasta a la fecha, no le han otorgado recursos financieros lo que podría desencadenar el cierre de este museo. Todo pinta a que el 18 de mayo no habrá mucho qué celebrar.

La secretaría de Obras y Servicios (Sobse) de la CDMX tuvo mucho trabajo la semana anterior y, casualmente, concentrado en Chapultepec, donde está el proyecto que construye la CDMX con recursos de Cultura federal. Se inició y dio a conocer el parque de diversiones Aztlán y se presentó el proyecto definitivo de la Calzada Flotante Los Pinos que conectará la Primera y la Segunda sección del Bosque, que estará listo en el primer trimestre del 2022. Era el que iba a desarrollar el arquitecto Benjamín Romano, pero que, finalmente, “conceptualizó” el artista Gabriel Orozco --el término “conceptualizar” es parte de la jerga que ahora utiliza el titular de la Sobse, Jesús Esteva Medina, a quien parece que le va mejor con los artistas que con los arquitectos--. Como parte del diseño, el recorrido tendrá estampados en el puente peatonal círculos característicos de la obra de Gabriel Orozco --al fin y al cabo es el autor conceptual y alguien que generosamente trabaja “sin cobrar nada” --como ha resaltado el Presidente López Obrador--. Así que no sólo tendremos a Orozco en su Pabellón Contemporáneo Mexicano, sino hasta en piso. La intervención, nos cuentan, tiene encantado al secretario Esteva que no deja de compararla con los murales que Diego Rivera en el Cárcamo de Dolores, en la segunda sección del Bosque de Chapultepec. Todo un curador, el secretario de Obras, dirían en la jerga museística.

En las mesas, cartas, protestas y pancartas relacionadas con el proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura se percibe con mayor insistencia la petición de Maleza Crítica que, en esencia demanda transparentar todo lo concerniente a Chapultepec: en cuanto a recursos y en cuanto a los procesos y debates con la sociedad. Los integrantes de ese colectivo han hecho un sumario de los vacíos de información e incumplimiento en torno del proyecto, desde la cancelación de la presentación del Plan Maestro programada para el 7 de noviembre, hasta la falta de claridad acerca de cómo y cuánto se destinó a Chapultepec en 2020. Si en torno del proyecto las voces más activas han sido el Frente Ciudadano para la Mejora y Defensa del Bosque de Chapultepec y, precisamente, Maleza Crítica, no se entiende que en las reuniones con la comunidad estos grupos no tengan presencia. De ahí que Maleza Crítica mantiene su petición: que las juntas de trabajo se graben y sean de acceso público. Y nos recuerdan que aún hay peticiones a la Secretaría sin respuesta como la cronología para el proyecto, al menos en este primer semestre cuándo se conocerá el proyecto ganador del proyecto para el Centro de Cultura Ambiental y cuánto pondrá Cultura de su bolsillo para el túnel de Constituyentes. 

¿Qué deliberan sobre el pabellón para Chapultepec?

A dos meses de que un grupo de artistas visuales y escritores manifestaron —el 16 de agosto— en un escrito su total desacuerdo con la construcción de un pabellón de arte contemporáneo, en el Jardín Botánico del Bosque de Chapultepec —que es parte del proyecto Bosque de Chapultepec—, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad respondió por fin el pasado 19 de noviembre. 

Como es usual en este proyecto, la Sedema reiteró que el Plan Maestro se encuentra en elaboración por parte de Gabriel Orozco. La carta añadió que la construcción del pabellón es un asunto que se encuentra en etapa deliberativa. Ojalá que, como aseguró en la carta el director del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental, Rafael Obregón Viloria, a la hora de tomar decisiones sí se tome en cuenta el punto de vista de los creadores (firmaron, entre otros, Teresa Velázquez, Verónica Murguía, Magali Lara, David Huerta y Sandra Pani). 

La verdad es que hasta ahora, en los casi 20 meses que tiene de haberse a echado andar el proyecto, la voz de los artistas y otros creadores no ha contado para el que es el proyecto cultural más importante de esta administración. Por eso lo de la deliberación despierta muchas dudas.

La urgente transparencia en el proyecto Chapultepec

En las mesas, cartas, protestas y pancartas relacionadas con el proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura se percibe con mayor insistencia la petición de Maleza Crítica que, en esencia demanda transparentar todo lo concerniente a Chapultepec: en cuanto a recursos y en cuanto a los procesos y debates con la sociedad. Los integrantes de ese colectivo han hecho un sumario de los vacíos de información e incumplimiento en torno del proyecto, desde la cancelación de la presentación del Plan Maestro programada para el 7 de noviembre, hasta la falta de claridad acerca de cómo y cuánto se destinó a Chapultepec en 2020. Si en torno del proyecto las voces más activas han sido el Frente Ciudadano para la Mejora y Defensa del Bosque de Chapultepec y, precisamente, Maleza Crítica, no se entiende que en las reuniones con la comunidad estos grupos no tengan presencia. De ahí que Maleza Crítica mantiene su petición: que las juntas de trabajo se graben y sean de acceso público. Y nos recuerdan que aún hay peticiones a la Secretaría sin respuesta como la cronología para el proyecto, al menos en este primer semestre, cuándo se conocerá el proyecto ganador del proyecto para Centro de Cultura Ambiental y cuánto pondrá Cultura de su bolsillo para el túnel de Constituyentes.

El próximo lunes se cumplirá un año de la presentación del proyecto para Chapultepec donde se iba a presentar el Plan Maestro pero no fue tal; entonces se prometió que sería en noviembre. Sin embargo, en noviembre se volvió a posponer (porque lo expuso Gabriel Orozco en Los Pinos no fue definitivo ni aprobado por el Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec). ¿Qué ha pasado en el último año? Que a partir de ese agosto, Cultura federal inició el proceso de reasignación de recursos a la ciudad, sin explicación alguna a la sociedad. Y el Plan Maestro definitivo sigue en el aire. En ese contexto, una vez más los ciudadanos reclaman, ahora a través del sitio Change.org, donde se acaba de lanzar una petición: “33% del Bosque de Chapultepec está en riesgo por un megaproyecto. ¡Ayuda!” Los firmantes le dicen a Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la ciudad, que las 248 hectáreas que comprenden la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec hoy están siendo amenazadas por el Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura debido a la pavimentación de senderos y plazas y que el proyecto acabará con estas 248 hectáreas que absorben 10 mil 300 toneladas de CO2 cada año. Pero lo que es más claro todavía —para los ciudadanos, no para la Sedema ni Sobse ni Gobierno de la CDMX y ni hablar de Cultura federal— es que la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec no es un parque, es un bosque, y se debe tratar como tal. Si quieren parque, les dicen, ya tienen uno en las secciones primera y segunda. Su llamado es contundente: “¡Sí a la restauración del bosque y no los proyectos de obra civil!” ¿Los escucharán?